Como un museo realmente abierto a la ciudad, los espacios de exposición y de servicios ofrecen una fluida acogida a los visitantes. Una amplia explanada y vitrinas en varias fachadas intensifican el deseo de llevar el arte a la calle y de atraer público al museo. Los arquitectos Stanton Williams querían crear un itinerario museográfico y arquitectónico coherente, al servicio del arte y las colecciones desde el siglo XIII hasta el XXI.
Totalmente bañado por la luz natural, el Museo de Bellas Artes es una mezcla perfecta de arquitectura antigua y contemporánea. La armonía de sus líneas la convierte en una obra de arte de por sí. Su reciente y majestuosa renovación pone de relieve tres espacios cuya arquitectura refleja sus respectivas épocas: el Palacio que data de 1900, la Capilla del Oratorio del siglo XVII y el Cubo, un nuevo edificio dedicado al arte contemporáneo.
El Palacio

Este majestuoso edificio sigue los principios de los museos del siglo XIX, como los de Lille y Amiens: un edificio organizado en torno a un patio central, el Patio, cubierto por un techo de cristal con iluminación cenital. Este Patio da acceso a un doble circuito de galerías que lo rodean en la planta baja y la primera planta a través de una escalera monumental. En las grandes galerías de la primera planta, el planteamiento de los arquitectos consistió en aprovechar la luz natural del techo de cristal para realzar la estética y el entorno.
El Palacio dispone de espacios específicos:
El Patio

En este espacio monumental y luminoso, situado en el interior del Palacio, se organizan varias veces al año exposiciones temporales a gran escala, que lo transforman para adaptarlo a cada ocasión.
La vitrina de la Explanada

Este emblemático espacio de exposición situado a la entrada del Palacio, señala inmediatamente la importancia del arte contemporáneo para el Museo de Arte. En él, artistas locales exponen obras creadas específicamente para este lugar, a medio camino entre el museo y la calle.
La librería-tienda

La librería-tienda, a la que puede accederse desde el vestíbulo del Palacio, les ofrece a los visitantes la posibilidad de comprar postales, artículos de papelería, juegos, joyas u obras temáticas sobre las colecciones y exposiciones del museo.
El Café del Museo

En este café-restaurante, situado en el interior del museo, podrá hacer un delicioso paréntesis en un excepcional entorno. ¡Todas las ocasiones son buenas para disfrutar de una comida, una merienda o un aperitivo!
La sala 21, en la primera planta del Palacio
El museo, que cuenta con una colección que abarca desde el siglo XIII hasta el arte contemporáneo, ha optado por establecer un diálogo entre las distintas épocas con exposiciones temporales temáticas y transcronológicas.

La Sala blanca
La excavación del sótano del Palacio ha permitido crear nuevos espacios públicos, incluida una sala de exposiciones conocida como la «Sala Blanca». En esta pueden presentarse fotografías o dibujos de la colección de artes gráficas del museo, o exposiciones temporales.

El auditorio

El auditorio, situado en el sótano del museo, es ideal para organizar conciertos, conferencias y proyecciones de películas. Al ser un espacio privatizable, también puede destinarse a la organización de coloquios, seminarios o ceremonias de entrega de premios en un ambiente agradable y creativo.
La biblioteca
La biblioteca, accesible con cita previa, cuenta con más de 35 000 libros, 20 000 archivos de artistas y 200 revistas de arte del siglo XV al XXI.

El saloncito

En la primera planta del Palacio, en plena colección del siglo XIX, existe un salón a disposición tanto de los visitantes individuales como de las familias para que se tomen un descanso durante su visita. En él encontrarán juegos, dibujos para colorear y libros. Se trata de un espacio acogedor para recargar las pilas, tanto literal como figuradamente.
La Capilla del Oratorio
La Capilla del Oratorio, construida en el siglo XVII, fue originalmente un edificio religioso. Este lugar de culto hasta 1772, pasó luego a ser propiedad nacional, sus funciones cambiaron a lo largo de casi 200 años, convirtiéndose sucesivamente en sede del tribunal penal, hospital, granero de forraje y cuartel de policía. Tras ser adquirida por el ayuntamiento en 1963 a cambio de un franco simbólico, la Capilla se abrió al público en 1989. Después de la renovación del museo, ahora forma parte del itinerario museográfico del Musée d’arts de Nantes y en ella se organizan exposiciones temporales.

El Cubo

Como nexo de unión entre el pasado y el presente, este nuevo edificio inaugurado en 2017 está dedicado al arte contemporáneo y representa una gran parte de las colecciones del museo. Más de 2000 m² se encuentran distribuidos en 4 niveles. Los arquitectos pusieron todo su empeño en establecer una relación coherente entre el edificio antiguo y el nuevo.
Una auténtica proeza arquitectónica, un magnífico muro cortina translúcido suspendido a lo largo de la escalera está hecho de mármol y vidrio laminado, dejando entrar y salir la luz a medida que pasan las horas. Algunas plantas del Cubo pueden albergar exposiciones temporales.