La escultura hiperrealista, que surgió tras varias décadas de una escena artística marcada por la abstracción, forma parte de una historia del arte del retrato, como la pintura o la fotografía. Utilizando diversas técnicas como el bronce, el gres, la resina o la silicona, los artistas representan a hombres, mujeres y objetos cotidianos con una meticulosa atención al detalle, creando una ilusión especialmente llamativa.

La exposición presenta alrededor de cuarenta obras, algunas de ellas inéditas, procedentes de colecciones públicas y privadas, de préstamos de los artistas o de su galería en Francia y en el extranjero. El conjunto está organizado en tres secciones en el Patio del museo:

1. Lo real con lo falso: la precisión extrema y la atención al detalle constituyen la esencia de la perspectiva de los artistas hiperrealistas. El escultor no idealiza la representación del cuerpo, presentado sin concesiones en su más fina realidad. El lenguaje no verbal del cuerpo ocupa un lugar central. Se invita al visitante a observar las posturas, los gestos, las expresiones, el cuerpo o el fragmento, las arrugas y la textura de la piel.
2. Cuerpos, ficciones, espejos: al ofrecerle al visitante un doble, un efecto espejo, la escultura hiperrealista lo conduce espontáneamente a interrogarse sobre las obras, estos personajes, su historia, sus pensamientos… cada uno se proyecta e inventa su propia historia.
3. La paradoja de lo invisible: esculpiendo al ser humano de la forma lo más realista posible, los artistas logran revelar la parte más inmaterial del individuo: el sentimiento, el pensamiento, la emoción… esta sección aborda la asombrosa capacidad de este arte para hacer visible lo invisible.

Una experiencia sensible

A través de la representación minuciosamente fiel de los cuerpos, la escultura hiperrealista ofrece un soporte de proyección, un doble, un espejo, provocando un encuentro singular entre el visitante y la obra, entre la emoción y la fascinación, entre la identificación y el rechazo…

Desde una perspectiva sensible, la exposición cuestiona la forma en que miramos las obras que se parecen a nosotros. Más allá del interés por las proezas técnicas, ¿por qué nos desconcierta tanto? ¿De dónde surge la intensidad de estas obras? ¿Dónde se sitúa realmente la obra de arte? ¿Cómo puede afectarnos hasta ese punto esta representación de la realidad?

La exposición Hiper sensible pone en primer plano la obra de artistas, algunos de los cuales han expuesto pocas veces en Francia. La exposición reúne a artistas cuya obra es exclusivamente hiperrealista y a otros que la utilizan de forma ocasional o parcial. Pero todos ellos desarrollan un planteamiento fuertemente ligado a la figura humana, examinando, cada uno a su manera, lo que conforma nuestra existencia, nuestras relaciones y nuestra presencia en el mundo.
Reproduciendo los retos formales de la escultura, aplicando técnicas extremadamente elaboradas, los artistas revelan lo que existe, haciendo visible lo que no se ve, pero que nos afecta en las emociones: la sensibilidad.

Anímese a vivir la experiencia…